Caraduras, egoístas, parásitos… Esperan que tú estés ahí siempre, que no les niegues lo que piden y cuando tú necesitas algo de ellos se quitan de en medio o te miran como si estuvieras exigiendo demasiado.
Si te involucras en sus vidas y les das lo que quieren, pronto lo olvidarán. Hasta que llegue un día en que les digas “¡No!” y te conviertas en la peor persona del mundo.
¿Y quiénes son ellos? Son tanto conocidos como desconocidos. Personas de cualquier edad, nacionalidad, sexo, ideología, etc.
Lo que sí comparten son un buen puñado de estas 25 características:
- Se creen en el derecho de obtener de ti lo que pretenden.
- Te tratan como a una extensión de sí mismos.
- Si te sientes herido o decepcionado, no experimentan culpa; ni una gotita de vergüenza.
- No se disculpan contigo, pero esperan que tú si lo hagas con ellos.
- Sus deseos son órdenes para ti. Si no cumples, es que no los amas lo suficiente.
- Creen que sus problemas son culpa de otra persona.
- Creen que tú existes para hacerlos felices, al igual que el resto de habitantes del planeta.
- Cuando haces algo por ellos, les cuesta dar gracias, si es que las dan.
- Si sienten que te has aprovechado de ellos, se indignan y se enfurecen.
- No lamentan haberse aprovechado de ti; si acaso, lamentan no haberse aprovechado más.
- Han de tener la última palabra en las conversaciones.
- No son buenos guardando su turno.
- Son impacientes y odian esperar.
- Interrumpen o meten las narices en conversaciones ajenas.
- Actúan como si siempre estuvieran en posesión de la verdad.
- Nunca se equivocan, según ellos.
- Cuando se sienten frustrados, justifican cualquier cosa que hagan para sentirse mejor.
- Pueden no decirte exactamente lo que quieren o lo que has hecho mal. Esperan que leas sus mentes.
- Son testarudos, inflexibles. Un rasgo que puede resultar atractivo, si tú confundes testarudez con fuerza.
- No les interesa saber o hacer cualquier cosa que no les vaya a reportar un beneficio.
- Están muy dispuestos a ridiculizar o a reírse de otro, pero son poco propensos a reírse de sus propios fallos y, menos, a permitir que tú lo hagas.
- No les es fácil ponerse en el lugar de otra persona, pero tampoco tienen ganas de hacerlo.
- Esperan que estés (tú o cualquiera) disponible para cuando te necesiten, aunque ellos no responden igual.
- Hablan mucho más de lo que escuchan.
- Te piden una segunda, tercera o enésima oportunidad cuando te hieren, pero ellos a ti no te concederán ninguna.
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Fuente: Just say, “No,” to Takers. (Psychology Today)
Esta lista es una sacudida para quien no se atreve a decir “No” a alguien tiene la bonita costumbre de aprovecharse de los demás.
¡Atrévete! Como dice el refranero: Más vale una vez colorado, que un ciento amarillo.
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