Una inscripción en piedra de 3,500 años, el reporte meteorológico más antiguo del mundo, podría causar un revisionismo en la cronología de faraones egipcios. Consistente en 40 líneas escritas en un bloque de calcita, la llamada Estela de la Tempestad fue encontrada en el 3er Pilón del templo de Karnak en Tebas, entre el año 1947 y 1951, y describe lluvia, oscuridad y “un cielo con tormentas incesantes que resuenan más fuerte que los gritos de las masas”.
El Estela de la Tempestad data de los tiempos del rey Ahmose, el primer faraón de la 18va Dinastía. Su reinado marcó el comienzo del Imperio Nuevo, una época en la que el poder de Egipto alcanzó su auge. Tebas —la actual Luxor— fue el hogar de Ahmose.
En una nueva traducción, dos eruditos del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago reafirman creencias previas que sostienen que los inusuales “patrones climáticos” descritos en la estela son consecuencia de la masiva explosión de la caldera del volcán Thera, el presente archipiélago de Santorini en el Mar Mediterráneo.
Debido a que las erupciones volcánicas suelen tener un amplio impacto en el clima y el ambiente, la explosión de Thera pudo ser la causante de significantes trastornos en el Antiguo Egipto.
La estela que describe las secuelas de la catástrofe, y el mismísimo reinado de Ahmose, antes datados en torno al 1550 a.C., podrían ahora retroceder hasta 50 años en el pasado.
Reescribiendo la historia
Los investigadores Nadine Moeller y Robert Ritner dicen que la nueva traducción indica que el faraón Ahmose gobernó en un tiempo más cercano de lo que se pensaba a la erupción del volcán Thera; un hallazgo que cambia el entendimiento de una época crucial en la historia de nuestra civilización y provoca un realineamiento en los imperios de la Edad de Bronce.
“Es muy importante para los estudiosos de las culturas del Medio Oriente y el Mediterráneo Oriental, sobre todo porque la cronología de la que se valen los arqueólogos están basadas en las listas de faraones egipcios, y esta nueva información podría ajustar esas fechas”, dijo Moeller, ayudante de cátedra del Instituto Oriental que se especializa en urbanismo antiguo y cronologías.
En 2006, pruebas de radiocarbono llevadas a cabo en un árbol de oliva enterrado bajo residuos del volcán, ubicaron a la explosión de Thera entre el 1621 y el 1605 a.C. “Hasta ahora la evidencia arqueológica para la erupción parecía no coincidir con la datación por radiocarbono. Pero si el reinado de Ahmose es anterior a lo que se creía, entonces el cambio en la cronología podría resolver este problema”, dijo Felix Höeflmayer, experto en cronologías relacionadas con el susodicho volcán.
El revisionismo sobre la fecha del reinado de este faraón haría que otros eventos sucedidos en esa zona del mundo encajen de manera más lógica. Por ejemplo, realinea hechos históricos importantes como la caída de los Cananitas y el colapso del Imperio Babilónico. También cómo Ahmose ascendió al poder y suplantó a los gobernantes cananitas de Egipto —los Hicsos. La erupción de Thera y el tsunami resultante hubiera sido suficiente para destruir los puertos hicsos y debilitar gravemente su poderío marítimo. Asimismo, la interrupción del comercio y la agricultura habría minado el dominio del Imperio de Babilonia y explicaría por qué los babilonios fueron incapaces de repeler la invasión de los hititas, otra ancestral cultura que floreció en lo que hoy es Turquía.
A pesar que hasta el momento algunos investigadores consideraban a la Estela de la Tempestad como un documento metafórico que describía el impacto de una invasión de los hicsos, la nueva traducción demuestra que los textos se corresponden de manera consistente con las alteraciones provocadas por la masiva explosión del volcán Thera.
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