Esta historia tiene lugar en St Quentin, una ciudad situada en el Aisne (Francia). Esta casa se encuentra en 21 rue des cannoniers y fue la fuente de muchos problemas para sus habitantes. Hablamos de la casa que sangra en Aisne.
Un mes después de mudarse, los nuevos inquilinos oyeron ruidos extraños provenientes de la tierra. No se preocuparon porque pensaron que los ruidos los estarían haciendo los vecinos. Un día, la mujer encontró un líquido rojo en la pared de la cocina. Asustada, alertó a su marido, quien le respondió: “Debe ser un defecto de la pintura“, y pintó todas las paredes de la casa de nuevo. Pero una vez más, la pintura volvió a ponerse de color rojo.
Antes de irse a dormir, la pareja decidió llamar a la policía para eliminar la duda sobre si se tratase de una broma. la policía tomó una muestra del líquido, el cual resultó ser después analizado. Sangre humana, la familia que había construido la casa fue interrogada y declaró que nada de esto había ocurrido en el pasado.
Los nuevos propietarios decidieron volver a pintar las paredes y lograron venderla a otra pareja.
La policía tomó el asunto en sus manos, la policía puso harina en el suelo de la casa y selló las puertas durante una semana para que nadie pudiese entrar. Pasada la semana quitaron los sellos y entraron en la casa. Nada se había movido, pero las paredes estaban llenas de sangre. La pareja convocó a un sacerdote a la casa que dijo que era la obra del diablo y bendijo la casa. Aún así, el fenómeno seguía ocurriendo. Finalmente la casa fue puesta a la venta de nuevo, pero como la pareja no podía vender la casa, fue demolida.
Durante la construcción de la nueva casa, un descubrimiento sorprendente sucedió. De hecho, encontraron el cuerpo de un soldado alemán de la Segunda Guerra Mundial. Es probable que este hallazgo esté relacionado con los fenómenos que se han producido en esta casa.
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