martes, 23 de diciembre de 2014

El verdadero Taller de Santa está en China

El taller de Santa ... 19 años de edad, Wei trabaja en una fábrica en Yiwu, China, cubriendo los copos de nieve de poliestireno con polvo rojo. Fotografía: Imaginechina / Rex


La Navidad es, probablemente, una de las épocas más hiperreales del año. Hiperreal en ese sentido que Jean Baudrillard dio al término: una suerte de exageración de la realidad que, como una membrana, se impone sobre la realidad para distorsionarla, curiosamente, con sus propios elementos, para de esa manera construir una realidad ficticia que no parece tal. La Navidad es, en este sentido, como un impasse, un periodo falsamente utópico en donde parece no suceder nada más que los buenos sentimientos, los buenos deseos, los regalos, la reanudación de relaciones, y más.

Wei recibe a través de al menos 10 mascarillas cada día, tratando de no respirar en la nube de polvo rojo. Fotografía: Imaginechina / Rex

Esto, por supuesto, sabemos que no es cierto. En Navidad el mundo continúa siendo más o menos el mismo que era hace unas semanas. El mismo lugar feliz y afortunado para algunos, y miserable y triste para muchos otros.

 Los dos hombres  producen 5.000 copos de nieve rojos en un día. Fotografía: China Daily / Reuters




Tal es el caso de los obreros que laboran en las fábricas de adornos navideños de Yiwu, China, el punto de origen de toda esa parafernalia casi fantástica que ilumina los sueños de bondad de esta época.




En total, esta ciudad concentra casi 600 centros de trabajo en los que se producen poco más de 6 de cada 10 adornos navideños que se comercian en todo el mundo. En buena medida este es el “taller de Santa”, donde sus legendarios enanos ayudantes son más bien trabajadores chinos laborando en condiciones paupérrimas e incluso peligrosas, pues las largas jornadas de trabajo (en promedio 12 horas por un salario de entre 10 y 15 dólares) se cumplen en medio de químicos tóxicos, pegamentos y copos de nieve sintéticos de los que hay que protegerse con hasta 10 máscaras al día.
El testimonio es suficientemente elocuente por sí mismo. Quizá, después de conocerlo, sólo reste decir: “¡Feliz Navidad!”.

http://www.theguardian.com/artanddesign/architecture-design-blog/2014/dec/19/santas-real-workshop-the-town-in-china-that-makes-the-worlds-christmas-decorations

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