Un reloj que está fuera de su tiempo ha sorprendido a la ciencia, que no tiene una explicación lógica al momento
Los hombres de ciencia no salen de su asombro a raíz de la noticia que cuenta acerca de un reloj miniatura, inscripto al dorso con la palabra inglesa Switzerland (Suiza) y datado en mil años de antigüedad, hallado durante la apertura de una tumba de la dinastía china Ming, sellada hace más de 400 años.
No menos asombrados resultaron los arqueólogos que participaban en la excavación de un sector de las ruinas de la dinastía Ming en compañía de algunos periodistas, los que finalmente conformaron un grupo de testigos privilegiados del misterioso hallazgo: mientras intentaban quitar la tierra alrededor de un ataúd, repentinamente un pedazo de roca se desprendió desde las paredes ocasionando un ruido metálico que inmediatamente llamó la atención de los investigadores.
Cuando recogieron el trozo de piedra pudieron observar que se trataba de un reloj en miniatura con forma de anillo, prácticamente idéntico a los que comenzaron a usarse en Europa a partir del año 1780, con las agujas marcando las 10 horas, 6 minutos, y la rúbrica de su manufactura suiza perfectamente inscripta en idioma inglés.
Quizá no hubiese habido mucho de qué preocuparse, de no ser porque la tumba en la que apareció el anillo había sido sellada 400 años antes, momento de la historia en donde cualquier método para la construcción de un artefacto semejante debió resultar a todas luces imposible para la humanidad.
Pero esto no es todo: el resultado de los análisis realizados con Carbono- 14 logró datar los orígenes del reloj hacia el año 900 d. C. ¿Cómo es posible que la tecnología vigente por entonces haya producido una miniatura de reloj así, con un sofisticado sistema de diminutos engranajes y resortes? ¿Por qué no existen registros de una manufactura similar en la historia humana sino hasta el siglo XVIII? ¿La presencia de este anillo en una bóveda sellada hace cuatro siglos obedece al olvido de algún viajero en el tiempo, o alguien la introdujo oportunamente?
Como si todavía hiciera falta, existe aún un detalle más al momento de encontrar explicaciones acerca de este objeto fuera del tiempo: la palabra Switzerland, escrita en inglés, hace referencia a un país cuyo nombre oficial, Suiza, no se usó sino hasta el año 1848. Mucho menos aún se comprende el empleo de este idioma, absolutamente desconocido por la China de entonces.
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